Si aprecias la compañía de pequeños pájaros en el jardín o cerca de la casa, piensa en ellos en el momento de la plantación de arbustos. Y es que ciertos arbustos constituyen no sólo buenos refugios, sino también excelentes despensas para el frío invierno. A continuación te presentamos unas ideas y consejos para que tú y tus pequeños amigos conviváis en armonía.
Los arbustos ofrecen todo lo que le hace falta a los pájaros que frecuentan los jardines: lugares para hacer los nidos, materiales para edificarlos, semillas e insectos para alimentarse, protección contra el frío, el viento, la lluvia y gran parte de los depredadores. Para las mariposas planta buddleias , lilas, y otras escallonias como cotoneasters y alheñas.
Contrariamente a la creencia popular, los pequeños pájaros normalmente no hacen su nido en medio de la mejor rama de un gran árbol. Éstos aprecian más arbustos más bien densos y bien ramificados. Este tipo de arbustos son como pequeñas fortificaciones para ellos en las que están protegidos incluso de los gatos.
El alimento es un criterio importante. La producción de frutos y bayas es importante para atraer a los pequeños visitantes y que se interesen por tu jardín. Numerosos arbustos forman frutos cuyo color los hace muy atractivos y reconocibles por los pájaros. Por ejemplo tenemos el Cotonéaster (con sus bayas rojas o anaranjadas), el Espino de fuego, el serbal de cazadores, el Saúco, el Grosellero de invierno,… De moda está (con su aire exótico) el Bambú sagrado, que produce bayas bonitas y rojas, que resaltan elegantemente sobre su follaje cobrizo en invierno.
Si tu jardín es demasiado pequeño para poner setos o si dispones sólo de un simple patio o terraza, no te preocupes. Opta simplemente por arbustos que puedan crecer en maceta, que los hay. A continuación te mostramos tres de ellos.
El Laurentino es un gran clásico con sus frutos azules. Bien crecido trasmite mucha elegancia a una terraza con su follaje vidriado. El Mahonia te agradará tanto por sus bayas como por sus grandes astas florales de un bello amarillo en invierno. La Esquimia también florece en invierno. Sus bayas de color rojo vivo atraerán infaliblemente a los pájaros de los alrededores.