Debes vigilar la presencia de chancros en la base de las ramas de tus árboles y arbustos. Como el follaje no está, el invierno es un período ideal para examinar y detectar la presencia de enfermedades sobre el tronco y las ramas de árboles y arbustos. ¿Y qué debemos hacer si descubrimos la corteza despegada y allí vemos pequeñas pústulas redondas, rojas, naranjas o de color crema? Lo más probable es que se trate del chancro, causado por una seta que ataca un gran número de árboles tales como el arce, el abedul, el álamo, la tila, la haya, el sauce,…
La infección afecta sobre todo a plantas heridas, debilitadas o estresadas y se introduce fácilmente a través de las heridas y también por las cicatrices dejadas en el momento de la caída de las hojas el otoño. Los chancros se sitúan generalmente en la base de las pequeñas ramas. El árbol o arbusto contrae por su culpa lesiones circulares que, con los años, se agrandan formando varios callos concéntricos y arrugados. Con el tiempo, el chancro acaba por rodear las ramas y, posteriormente, matándolas.
Podemos prevenir la infección evitando las heridas formadas sobre la corteza, las cuales son normalmente causadas por malas técnicas de corte. También es aconsejable mantener el vigor del árbol con una aportación suficiente de agua y una fertilización adecuada. Es importante cortar las ramas afectadas a, por lo menos, 15 cm. debajo del chancro. También es aconsejable rascar los chancros formados sobre el tronco.
Debemos anotar que también es preferible desinfectar las herramientas entre cada corte con alcohol al 70 % (con un tiempo de remojo de por lo menos 1 minuto). En cuanto a los árboles fuertemente alcanzados, más vale eliminarlos completamente y quemarlos que intentar salvarlos. Finalmente, es posible reducir la intensidad de la infección aplicando un producto a base de cobre ya sea recién caídas las hojas en otoño o en primavera, en el momento del brote de las yemas.